jueves, 24 de noviembre de 2011

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN DE 2º AÑO

1. TÍTULO

“CREACIÓN DE ESPACIOS DE LIBRE EXPRESIÓN PARA PROMOVER LA BÚSQUEDA DE LA  IDENTIDAD DE LOS ADOLESCENTES”

2. PLANTEAMIENTO DEL PROB LEMA

La adolescencia es considerada en sí misma una etapa de crisis ya que implica adaptarse a cambios físicos, psicológicos y medioambientales (familiares y extrafamiliares) pues es el momento en que "se empieza a dejar de ser niño" y esto conlleva el tener como una tarea importante en esta etapa el aceptar la pérdida de esa infancia.

3. JUSTIFICACIÓN

La adolescencia es descrita como una época en la que el adolescente busca y quiere llegar a ser alguien pero no sabe cómo, es por eso que el adolescente hace ensayos que en ocasiones pueden ser mal vistos por la familia y la sociedad, olvidando los adultos que estos ensayos son necesarios para que consolide su identidad.

La creación de espacios libres permite a los adolescentes poder expresar sus gustos y preferencias, manifestando de esta manera las características más importantes de su identidad.

4. OBJETIVOS

4.1 OBJETIVO GENERAL

Dotar a los estudiantes de espacios libres donde puedan expresar su identidad.

4.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS

a. Motivar la creatividad y autonomía de los adolescentes.

b. Elaborar lienzos caseros con una mínima inversión

c. Fomentar la expresión artística de los adolescentes.

5. HIPOTESIS

Los adolescentes que cuentan con espacios libres para su expresión pueden conocer de manera más fácil aspectos relevantes de su identidad.

6. MARCO TEÓRICO

6.1. Definición

Según el psicólogo Roy Hopkins, la identidad personal es la capacidad de reconocerse como un ser diferente y separado de los demás, aún compartiendo valores e intereses con el grupo o entorno. La identidad personal se forma a lo largo de la vida. Es un proceso en el cual las personas asimilan o interiorizan todo lo que han vivido en los niveles psicológico, emocional y social.

6.2 Importancia

La identidad nos permite definirnos frente a otras personas, ante la sociedad y la realidad. Esta identidad se puede ir redefiniendo a lo largo de toda la vida

6.3 Componentes de la Identidad

A. Autoconciencia: Elemento fundamental de la identidad. Es la imagen psicológica que cada persona tiene de sí misma. Es juzgarnos a nosotros mismos.

B. El sentimiento de la Identidad Personal: Estar seguro de nuestro género, procedencia, origen familiar, etc.

C. El carácter personal: Son los sentimientos y las emociones así como las formas de expresar el afecto y de comunicarse con los demás.

D. La proyección de uno mismo en sus actos: Es la forma de comportarse que tiene cada persona.

E. La identificación con el grupo social y con los ideales: Nos lleva a asumir ideas y valores que nos distingues como miembros de determinadas comunidades

6.4 Factores que intervienen en la formación de la Identidad

A. Factores externos

a. La familia, inculca normas y valores, brinda espacios y genera situaciones que propician u obstaculizan el desarrollo de la identidad.

b. La cultura, en la que se vive define los patrones de pensamiento, conducta y expresión de sentimientos.

c. El grupo de amigos, ofrece soporte social y emocional. En su interior se aprenden las reglas de convivencia y los valores.

d. Los medios de comunicación, difunden estereotipos que imponen modas y marcan pautas sobre "cómo ser".

B. Factores internos

a. La autoestima, es el sentimiento integral de valoración que tenemos por nosotros mismos.

b. El autoconcepto, es la idea que tenemos sobre nosotros. Incluye los aspectos físico, intelectual y emocional.

c. La autoimagen, es la percepción que tenemos sobre nuestra imagen física.

d. La autonomía, es la capacidad de actuar sin depender de otras opiniones.

e. La toma de decisiones,  es la capacidad de orientar nuestra vida y atender las demandas sociales.

6.5 La Identidad en la adolescencia

La crisis de identidad en la adolescencia no debe ser considerada un problema. Por el contrario, es un signo de maduración, ya que ayuda a resolver y superar situaciones problemáticas. Es decir, tiene un potencial constructivo. Más bien, la ausencia de crisis puede ser una anomalía.

Durante esta crisis, los adolescentes experimentan incertidumbre ante un porvenir desconocido; ansiedad por la desaparición de los vínculos de la infancia; miedo a vivir por cuenta propia y sin el apoyo de los padres; etc. Esos sentimientos se reflejan en su conducta de dos maneras:

a. Afirmando su "yo". Buscan diferenciarse de los demás y ser el centro de todo. Así, por un lado, prefieren estar solos y, por otro, les gusta atraer la atención de los demás con su conducta, su lenguaje, los rasgos de sus grupos, etc.

b. Cuestionando las normas y los valores de los adultos. Se vuelven críticos y contestatarios porque sienten que las normas y valores de los adultos limitan su forma de ser. El diálogo con los adultos generalmente no funciona, pues asumen que no entienden sus ideas y que solo quieren cambiarlos.

6.6 Una Identidad lograda

La búsqueda de la identidad no es una tarea sencilla y pueden pasar varios años hasta encontrar una buena respuesta a la pregunta "¿Quién soy yo?".

El logro de una identidad positiva y diferenciada comienza a manifestarse a partir de los 20 años y se caracteriza por dos aspectos generales:

- Es el resultado de un proceso de búsqueda personal activa. No implica copiar una identidad determinada ni tampoco construir la propia a partir de la negación de otra identidad.

- Permite llegar a un nivel suficiente de coherencia y diferenciación. Implica integrar y a la vez distinguir factores como la diversidad de papeles que se han desempeñado y se van a desempeñar, y la imagen que se tiene de uno mismo y la impresión que se produce en los demás.

6.7 La crisis de la Identidad

No todos los adolescentes resuelven adecuadamente la crisis de identidad, lo que puede producir estados que reflejan cierto desequilibrio temporal.

a. La identidad difusa, se caracteriza por la ausencia de objetivos y la apatía. El adolescente no se esfuerza para conseguir algo. Es propia del inicio de la adolescencia, pero cuando se prolonga impide la autorrealización. Los adultos con identidad difusa son inseguros, inestables y no se comprometen con ningún proyecto ni perseveran.

b. La identidad prematura, se caracteriza por la presencia de proyectos y objetivos muy definidos, pero como producto de la presión social (generalmente, de la familia). Puede originar discrepancias entre las decisiones adoptadas (profesión, ocupación, pareja, estilo de vida) y determinadas características personales. Estas discrepancias producen insatisfacción.

c. La identidad negativa, se caracteriza por la incapacidad de enfrentar su crisis. Se conforma con las metas y creencias de otras personas. Influye en la adopción de conductas antisociales. Los adultos con identidad negativa se pliegan a los deseos de los demás sin cuestionarlos, lo que constituye un serio obstáculo para su desarrollo individual.

6.8 La construcción social de la Identidad

Los seres humanos poseemos distintas dimensiones que, aunque distinguibles, no se encuentran separadas, sino que forman una unidad. Así, una influye en las otras. Durante la adolescencia, la crisis de identidad provoca cambios en cada dimensión de la persona.

a. Biológica, tiene que ver con los cambios físicos y fisiológicos y en especial, con lo sexual.

b. Psicológica, incluye el desarrollo intelectual y la capacidad de expresar emociones.

c. Social, se refleja en la interacción con otras personas en diferentes contextos.

d. Ética, implica la reflexión sobre la existencia y los principios morales que la gobiernan

6.9 La Identidad y el Proyecto de vida

Para el adolescente es importante que las demás personas reconozcan y acepten su identidad. La identidad personal también se define a partir del proyecto de vida de un futuro satisfactorio. Los adultos toman decisiones más serias (profesional, familiar, social, etc.). Por tal motivo es fundamental aprender a tomar decisiones para lograr así definir completamente la propia identidad.

6.10 La identidad personal y vocacional

La evolución de la identidad vocacional está directamente ligada a la imagen de uno mismo y, por lo tanto, a la construcción de la identidad personal.

Ya en el niño encontramos las primeras elecciones, cargadas de fantasías y ligadas al deseo de ser grande: el niño juega a ser doctor, maestro, alumno, superhéroe… copiando las formas de comportamiento que observa en su mundo real e imaginario. Hacia los 10 u 11 años adquiere un mayor conocimiento de sí mismo (gustos, habilidades, etc.).

Durante la pubertad y adolescencia la persona realiza elecciones “tentativas”. Esta experiencia se da en todos los órdenes: en los hobbies, en las salidas o los deportes que practica, pero también en su vestimenta, amigos, parejas. Recién hacia los 17 ó 18 años el joven se acerca a elecciones realistas, tanto por la progresiva resolución de la crisis adolescente, como por la realidad externa, que le exige tomar una decisión ante la finalización de los estudios secundarios.

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