A. La atención: Es la capacidad de orientar nuestra actividad mental hacia un estímulo específico dejando de lado otros que están en el ambiente. En el colegio, por ejemplo, prestamos atención a lo que dicen los profesores y no a los ruidos del patio o la ambientación del aula. El grado de atención depende de las características del estímulo: tamaño, contraste, repetición, movimiento, novedad e importancia; y de los rasgos particulares de la persona que atiende.
B. La concentración: Es la capacidad de mantener la atención en la actividad que se está realizando. El grado de concentración depende de los sentidos que intervienen en lo que se hace. Cuando intervienen más sentidos, es mayor la capacidad de concentración.
C. La memoria: Es la capacidad de conservar experiencias e informaciones. Permite repetir, recordar y retener lo aprendido. La memoria sigue un proceso de tres fases:
b. Almacenamiento: Es guardar la información para utilizarla después.
c. Recuperación: Es traer a la conciencia la información almacenada para utilizarla.
- Tranquilo y alejado de ruidos.
- Iluminado, para que facilite el trabajo. Se recomienda colocar el escritorio cerca de la ventana.- Ventilado. Una habitación oxigenada favorece la concentración y evita la somnolencia.
- Cómodo. Se debe contar con el mobiliario necesario, especialmente una silla que tenga el respaldo recto. Asimismo, se debe contar con los útiles de escritorio necesarios para el trabajo.
También debe considerarse un factor importante: el tiempo. El tiempo debe organizarse en función a la complejidad de las actividades y al ritmo de trabajo de cada estudiante. Se recomienda considerar los siguientes aspectos:
- Comenzar todos los días a la misma hora.
- Organizar un horario continuo, es decir, evitar interrumpir las tareas porque eso corta la concentración, favorece la dispersión y es posible que a altas horas de la noche aún no se haya acabado las tareas.- Introducir descansos breves entre las tareas para evitar la fatiga. Estas pausas no deben ser mayores a los quince o veinte minutos para no perder la concentración.
- Establecer un orden para realizar las tareas, por ejemplo, comenzar por las más difíciles y terminar con las más sencillas.
- Planificar todo lo que se hará en la sesión de estudio. Para ello, es preciso anotar las actividades en el orden en que se las realizará.
3. Factores Afectivos: Son muy importantes en el aprendizaje, pues cuando son positivos aseguran que el proceso sea exitoso. Se pueden englobar en tres aspectos:
A. Las actitudes: Constituyen la predisposición para realizar una actividad. Podemos tener diferentes actitudes frente al aprendizaje: interés, curiosidad, confianza, apertura, inseguridad, rechazo, etc. Sin embargo, solo las actitudes positivas nos ayudan a aprender. Por lo tanto debemos:
- Reconocer y emplear nuestras fortalezas y talentos al emprender el estudio.
- Tener altas expectativas frente a los resultados.- Encontrar sentido y utilidad a todo lo que aprendemos.
- Trabajar mentalmente con la información, hacerla propia y sentirnos capaces de manejarla.
B. La motivación: Es lo que impulsa a actuar de una determinada manera. La persona motivada para aprender tiene objetivos claros, organiza su tiempo y dosifica sus esfuerzos para estudiar, lo que le garantiza un aprendizaje exitoso. El interés por el aprendizaje se puede adquirir o aumentar en función de la disposición personal o de factores externos como el aliento de los profesores o el apoyo de los pares.
C. La asertividad: Es una habilidad social que nos permite establecer interacciones adecuadas. La persona asertiva puede comunicar sus dudas, solicitar ayuda oportuna y establecer vínculos para desarrollar un aprendizaje cooperativo con resultados satisfactorios.
Los factores afectivos deben complementarse con actividades que permitan a los estudiantes aplicar los conocimientos adquiridos a sus experiencias personales.
ACTIVIDADES
1. Propón un ejemplo por cada factor que interviene en el aprendizaje.
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